Muchas veces pensamos que un buen champú, un tratamiento hidratante o un corte de puntas bastan para tener un cabello bonito. Y aunque son importantes, la verdadera salud del pelo empieza desde dentro: lo que comemos influye directamente en su fuerza, brillo y crecimiento.
El pelo se alimenta desde la raíz
El cabello está formado principalmente por queratina, una proteína que necesita de vitaminas, minerales y nutrientes para producirse correctamente. Si tu dieta no es equilibrada, tu cabello lo reflejará: puede volverse más frágil, opaco o incluso caer en exceso.
Nutrientes clave para un cabello sano
- Proteínas: Son la base de la fibra capilar. Alimentos como huevos, pescado, pollo, legumbres y frutos secos ayudan a fortalecer el cabello.
- Hierro: Un déficit de hierro puede provocar caída. Lo encuentras en carnes magras, espinacas, lentejas o mariscos.
- Vitamina C: Facilita la absorción del hierro y aporta vitalidad al cabello. Presente en cítricos, kiwi, fresas o pimientos.
- Ácidos grasos Omega-3: Mantienen el cuero cabelludo hidratado y reducen la resequedad. Se encuentran en pescados azules, semillas de chía y nueces.
- Biotina y vitaminas del grupo B: Favorecen el crecimiento y fortalecen la fibra capilar. Están en huevos, aguacate, plátano y cereales integrales.
- Zinc y selenio: Minerales esenciales para evitar la caída y mejorar la elasticidad. Puedes obtenerlos de mariscos, semillas y carne magra.
Señales de que tu pelo necesita mejor alimentación
Caída excesiva.
Puntas abiertas constantes.
Cabello sin brillo ni fuerza.
Crecimiento muy lento.
En muchos casos, estos síntomas se relacionan con una dieta pobre en nutrientes.
Cuida tu cabello desde dentro y desde fuera
Una buena alimentación es la base, pero también es importante complementarla con cortes regulares, hidrataciones y tratamientos profesionales para mantener el cabello en su mejor versión.

